POLVO
Partículas finas de sustancias orgánicas e inorgánicas en suspensión en la atmósfera.
Incluye fibras animales y vegetales, polen, sílice, bacterias y moho.
En las ciudades, el polvo atmosférico contiene también un gran número de partículas de humo y de hollín.
En una ciudad industrial, la concentración de partículas en el aire puede superar los tres millones por centímetro cúbico, mientras que en medio de un océano o en montañas altas puede ser de unos pocos centenares de miles por centímetro cúbico.
Las partículas de polvo tienen un tamaño que varía desde media micra hasta muchas veces ese tamaño.
Se mantienen suspendidas en el aire durante largos periodos y pueden ser transportadas a grandes distancias.
El polvo atmosférico tiene dos propiedades físicas importantes: dispersa la luz de longitudes de onda cortas, afectando por tanto al color del cielo, y sirve de núcleo en la condensación de vapor de agua.
Sin la presión de las partículas de polvo no se formarían las neblinas, las nieblas, el smog, ni las nubes.
La fuerte concentración de polvo en el aire de las grandes ciudades es un grave problema de contaminación atmosférica.
En lugares como los molinos de harina y azúcar, las partículas inflamables provocan a veces explosiones.
Las partículas de sílice destruyen la maquinaria por su dureza; también son perjudiciales cuando se inhalan pues causan enfermedades como la silicosis.
Para conseguir aire limpio (calidad) se han diseñado filtros que usan tela o agua.
El polvo y el humo se eliminan de las chimeneas de las plantas industriales utilizando dispositivos como el precipitado de Cottrell.

POLVOS VEGETALES
La exposición profesional al polvo vegetal, es uno de los riesgos más corrientes encontrados en la industria y en la agricultura, causando diferentes enfermedades respiratorias.

RIESGOS POLVOS VEGETALES
- Causan enfermedades respiratorias con espasmos bronquiales, tos y opresión, que evolucionan hacia enfermedades obstructivas crónicas.
En otros casos se trata de manifestaciones alérgicas como asma, bronquitis asmática,... o más específicas como bisiniosis (por el polvo de algodón, lino...), bagazosis (polvo de bagazo), etc.
- Irritación de ojos y conjuntivitis (maderas, algodón, yute, ...) y también reacciones alérgicas.
- Dermatitis en piel y urticarias con eritema (enrojecimiento) máculas prurriginosas (picores), etc.
- Riesgo de incendio y explosión: que es un grave peligro sobre todo cuando se trata de espacios cerrados (polvos de corcho, madera, algodón...).
Los efectos de los diferentes productos de la plantas son variados:
- Cereales: afectan las vías respiratorias y los ojos, causando asma (trilladores de molino, cargadores de muelle) y sensibilización o alergia en pulmones (ALVEOLITIS)
- Almacenamiento de cereales, hierbas…: por el crecimiento de hongos en condiciones de humedad, que causa la enfermedad llamada "pulmón del ganjero" (intensa dificultad respiratoria, tos y fiebre, que desaparece a los pocos días pero que evoluciona hacia una lesión permanente y crónica.
- Algodón: causa de los trastornos respiratorios conocidos como "tos de los tejedores", bisiniosis y bronquitis crónicas o asma.
- Lino: es causa más frecuente de bisiniosis, con dificultad respiratoria crónica y marcada reducción de la capacidad ventilatoria pulmonar.
- Yute: causa bronquitis crónica y asma.
- Tabaco: el polvo es irritante de la piel y causa dermatitis, y ataques de asma llamados "tabacosis".
- Madera: grave irritación de ojos, piel y aparato respiratorio.
- Cáñamo, sisal: mohos y hongos que provocan una enfermedad respiratoria similar a la bagazosis con disnea, fiebre, esputos escasos y negruzcos, y reducción de la función respiratoria.
- Corcho: causa una fibrosis pulmonar relativamente benigna llamada suberosis.

PREVENCIÓN POLVOS VEGETALES
- Realizar un control eficaz del polvo con procedimientos técnicos y toma de muestras de aire.
- Uso de procesos cerrados o equipados con ventilación local con extracción.
- Ventilación general, uso de trabajos en húmedo, eliminación, etc.
- Protección respiratoria complementaria, pero en lugares calurosos puede ser incómodo (valorar el uso de protección mediante capas de gasa fina)... Y siempre prevalecer la protección colectiva sobre la individual.
- Buen estado de limpieza y mantenimiento.
- Control médico para detectarlas lesiones específicas respiratorias, de piel, etc.
En caso de que surjan síntomas de estos tipos y dependiendo de cada caso en particular, puede tener que plantearse el cambio de puesto de trabajo.
EFECTOS BIOLÓGICOS
El polvo puede definirse como un sistema disperso (aerosol) de partículas sólidas heterogéneas en un gas (aire) cuya distribución grosera por tamaño es predominantemente la de un coloide.
Al respirar, por inhalación las partículas entran en los pulmones, donde una parte son eliminadas por los mecanismos de limpieza pulmonar (el sistema mucociliar, el mecanismo fisiológico de la tos o el estornudo), y una pequeña fracción puede depositarse en el pulmón.
Este depósito depende del tamaño de la partícula, la sedimentación, el movimiento Browniano de la misma en el aire, etc.
La consecuencia son enfermedades causadas por el polvo, que varían en función del tipo del mismo: polvo de cuarzo (silicosis), polvo de asbesto (asbestosis)... o procesos alérgicos y otros cuadros clínicos que en general suelen llamarse "enfermedad pulmonar crónica inespecífica" (EPCI) pues en la práctica se ha demostrado que aun los polvos denominados "inertes" son también riesgo para la salud.
En otros casos determinan efectos tóxicos o cancerígenos, etc.
Las lesiones respiratorias dependen de factores personales como el estado de salud previo, pero sobre todo del riesgo característico del tipo de polvo, la concentración ambiental del mismo, y el tiempo de exposición, estableciendo una relación directa. Los diferentes tipos de exposiciones a polvos ambientales, y las lesiones que causan, se ven a lo largo de sus correspondientes apartados para las sustancias que contienen: cuarzo, asbesto, diferentes metales (hierro, plomo, manganeso....), polvos vegetales o animales, etc.
Efectos:
- Fibrogénicos: producen fibrosis de pulmón los polvos respirables que contienen cuarzo (sílice), o asbesto. (neumoconiosis)
- Irritantes: que causan enrojecimiento y quemazón de ojos y vías respiratorias superiores hasta la mucosa bronquial, pudiendo llegar a obstruir la misma. Es más frecuente que con los años curse hacia una enfermedad pulmonar crónica inespecífica.
La OMS (1977) publicó una tabla del potencial irritativo de la sustancias.
- Alergénicos: reacciones alérgicas causadas por polvos de origen animal o vegetal.
Causan asma bronquial (ej. asma de los panaderos) y reacciones de rinitis y bronquitis crónica. Ejemplos de formas alérgicas (suelen llevar el nombre de la profesión) son: el "pulmón del granjero", "pulmón del criador de aves", "pulmón del lavador de quesos" pulmón del recolector de setas"... con disnea (fatiga) y fiebre que evolucionan hacia fibrosis difusa del pulmón.
- Cancerígenos: el polvo de asbesto, arsénico, cromo o níquel que causan neoplasias en el pulmón.
También existen muchas sustancias como posibles carcinógenos que pueden asentar estos efectos en la zona expuesta o en otros órganos. Se han descrito periodos de latencia hasta la aparición de la enfermedad de hasta varias décadas de años.
- Tóxicos sistémicos: que ejercen su acción más allá del aparato respiratorio, sobre el sistema nervioso central, el hígado o los riñones. Ejemplo: cadmio, manganeso, plomo (éste último, afecta a órganos diferentes del aparato respiratorio) .
- Cutáneos: dermatitis y urticarias causadas por materiales de aislamiento, fibra de vidrio, fibra de piedra, maderas exóticas...
PREVENCIÓN EFECTOS BIOLÓGICOS
- Medidas técnicas para la prevención y supresión del polvo en su origen.
- LÍMITES DE EXPOSICIÓN (TLV).
- PROTECCIÓN RESPIRATORIA, EQUIPOS.
- Información a los trabajadores/as sobre los riesgos a que están expuestos.
- Control médico con pruebas espirométricas (de Capacidad Vital, y VEMS o volumen espiratorio máximo por segundo), y en ocasiones una radiografía (si procede).
- Vigilancia epidemiológica para ajustar los límites de exposición y enfoque médico-sanitario y laboral.
EXPLOSIONES
La explosión puede ocurrir cuando el polvo se encuentre en el aire en concentración suficiente y se someta a una fuente de ignición.
La llama se extenderá en todas las direcciones de la nube de polvo, transmitiendo los efectos a los alrededores a modo de explosión "secundaria".
Este riesgo se encuentra en materiales de origen natural (almidón, harina, azúcar, madera...), en plásticos, productos químicos o metales ligeros (aluminio, magnesio...) y en el azufre. Por lo tanto puede ocurrir en actividades de agricultura, minería, química y metal.
Condiciones para la explosión de una nube de polvo:
- Los polvos son explosivos cuando la concentración es superior a 10 g/m3.
- Nubes de polvos en espacios cerrados a temperatura de 400ºC, e incluso inferiores en algunos casos; o bien, el polvo sobre una superficie caliente por encima de 150ºC es posible que arda sin llama.
- Descargas eléctricas superiores a 10 mJ (equipos eléctricos con cerramientos a prueba de polvo)
- Por efectos de fricción o impacto mecánico (si la acción es prolongada)
- Por cualquier llama al descubierto (polvos explosivos).

PREVENCIÓN EXPLOSIONES
- Evitar la formación de nubes explosivas con atmósfera a concentración inferior al 5% en volumen.
- Construcción de instalaciones estancas de polvo.
- Manteniendo las instalaciones a presión ligeramente inferior a la atmosférica.
- Sistemas de extracción de polvo en lugares específicos (puntos de alimentación, ensacado...).
- Diseños para evitar derrames.
- Buen mantenimiento y limpieza de la planta.
- Eliminar cualquier fuente de ignición o llamas al descubierto.
- Equipos e instalaciones con conexión a tierra.
- Diseño de equipos que soporten posibles explosiones internas.
- Diseño de estrangulaciones de válvulas que permitan el paso del contenido, pero no de la explosión.
- Instalación de equipos automáticos de supresión de la explosión. etc.
CONTROL INDUSTRIAL
Los peligros más importantes asociados con el polvo industrial son el riesgo de explosión, y el peligro para la salud.
Existen mayores riesgos en minas, canteras, molido de piedra, industrias químicas, agricultura, etc.
El principal riesgo es la sílice y los polvos causantes de neumoconiosis pulmonar.
Otros productos químicos (berilio, cadmio) provocan irritaciones pulmonares.
En otros casos, son polvos vegetales que causan enfermedades como asma y bisiniosis, o el pulmón del agricultor, por el polvo del heno, etc.
Otros, como el cromo o el amianto son causa de cáncer de pulmón.
Hay polvos tóxicos que afectan el sistema nervioso, y otros causan irritación de la piel y úlceras.
El propósito del control del polvo, es la reducción de su concentración ambiental por debajo de los límites de exposición.
Las técnicas que se aplican son: eliminación, sustitución por una materia menos peligrosa, separación y aislamiento de los procesos polvorientos, humedecimiento de los materiales para evitar que las partículas queden suspendidas en el aire, ventilación y filtración.
La comprobación de la eficacia de las medidas de control de polvo comienza por una simple observación visual del polvo suspendido en la atmósfera y del polvo depositado sobre bordes y juntas. Un método sencillo es usar una lámpara para polvo que sirve para observar la nube de polvo a través del rayo de la fuente de iluminación.
Realizar inspecciones de la ventilación/extracción local comprobando filtros y conductos, que deben renovarse o repararse.
Disponer de instrumentos para el muestreo para determinar las concentraciones.
MUESTREO
Para la medición del polvo suspendido en el aire, es necesario:
- Detectar el origen del polvo, y determinar su magnitud.
- Comprobar la eficacia de las medidas de prevención.
- Controlar la exposición personal al polvo en suspensión.
Los instrumentos de medición llamados "de rutina" han de adaptarse a toda clase de situaciones prácticas, ser de manejo fácil (Ej. en minas), autónomos, de resultados fiables y seguros para usarlos en atmósferas explosivas.

Criterios del muestreo:
Los aparatos de muestreo deben recoger partículas incluso inferiores a las de 5 milimicras (que causan lesiones respiratorias).
Las muestras se tomarán para determinar la concentración, la composición química, el tamaño de la partícula y los componentes que integren el polvo (en porcentaje de cada).
Las concentraciones se expresan en el número de área de superficie o volumen (masa o peso) por unidad de volumen de aire (Ej. En partes por millón o ppm). Y si se trata de polvos de humos o nieblas tóxicas se calculan en miligramos por metro cúbico de aire (mg/m3) (gravimétricamente).
En particular, hay aparatos gravimétricos, que van provistos de un elutriador que recoge únicamente las partículas llamadas "respirables".
Los métodos para obtener la distribución del tamaño de la partícula pueden ser: tomando la muestra en el aire y llevándola a analizar al laboratorio, o bien tomando "una sección transversal" durante el muestreo mismo, utilizando instrumentos selectivos provistos de un separador o elutriador.
Deben indicar las proporciones en peso de los diferentes componentes tales como la ceniza, la sílice libre o el cuarzo.
Algunos países tienen su propia "estrategia de muestreo" o sistema de medición sobre: la duración y frecuencia de muestreo, posición en que puede realizarse (punto fijo o en el trabajador)...

Aparatos de muestreo:
Estos aparatos funcionan por filtración, sedimentación, centrifugación, depuración o lavado, precipitación por choque, precipitación térmica, precipitación electrostática o medición de ciertas propiedades ópticas que se encuentran en las nubes de polvo.

Examen de las muestras de polvo:
Basándonos en la rutina, el examen de las muestras de polvo se ocupa de determinar la concentración.
El peso del polvo se obtiene pesando el filtro antes y después del muestreo. Y se hace un recuento de partículas al microscopio.
El análisis del polvo se limita a la determinación de sílice libre.
Aunque recientemente aumenta el interés por conocer la composición de sustancias como la propia ceniza, puesto que ciertas sustancias (caolinita, ilita, y la clorita) juntas o separadas parecen tener un papel importante en el comienzo de la neumoconiosis en mineros de carbón.
La comparación de los aparatos de muestreo supone tener que elegir un aparato y un método estándar de análisis.
Es mejor no comparar los resultados del recuento, sino el entorno real, es decir la calificación de "atmósfera peligrosa" o "no peligrosa", obedeciendo los métodos aceptados de cada aparato.

Criterio:
Para determinar la nocividad o peligro de una atmósfera, se debe precisar el peso del polvo, su contenido mineral, el número de partículas y su contenido en sílice libre. Se establece un valor umbral límite, y se clasifica la atmósfera, o se lleva a unas tablas donde se definen las zonas peligrosas o no peligrosas.
La mayoría de los países han establecidos valores límites de concentración de polvo en relación a la medición con sus propios aparatos para determinar las categorías del estado de polvo en orden de nocividad creciente.
En base a los avances en los estudios epidemiológicos se van estableciendo los valores límites que evitan la aparición de lesiones, para funcionar siempre por debajo de estos valores. (TLV).


Enciclopedia OIT (PDF)
44. Calidad del aire interior
 Calidad del aire interior: introducción.  44.2
Naturaleza y fuentes de los contaminantes químicos en el interior.  44.6
Radón.  44.11
Humo de tabaco.  44.12
Regulación del consumo de tabaco.  44.16
Determinación y valoración de los contaminantes químicos.  44.17
Contaminación biológica.  44.22
Reglamentos, recomendaciones, normas y patrones.  44.28
 
45. Control ambiental en interiores
 Control ambiental en interiores: principios generales.  45.2
El aire en interiores: métodos de control y depuración.  45.7
Objetivos y principios de la ventilación general y de la ventilación de dilución.  45.11
Criterios de ventilación para edificios no industriales.  45.14
Sistemas de calefacción y aire acondicionado.  45.18
El aire en interiores: ionización.  45.24