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ADITIVOS

E 440 i
Pectina amidada
La pectina es un polisacárido natural, uno de
los constituyentes mayoritarios de las paredes
de las células vegetales, y se obtiene a partir de
los restos de la industria de fabricación de
zumos de naranja y limón y de los de la
fabricación de la sidra. Es más barato que todos
los otros gelificantes, con la excepción del
almidón. Forman geles en medio ácido en
presencia de cantidades grandes de azúcar,
situación que se produce en las mermeladas,
una de sus aplicaciones fundamentales.
Además de en mermeladas y en otras conservas
vegetales, se utiliza en repostería y en la
fabricación de derivados de zumos de fruta.
El principal efecto indeseable del que se ha
acusado a las pectinas es el de que inhiben la
captación de metales necesarios para el buen
funcionamiento del organismo, como el calcio,
zinc o hierro. Respecto a esta cuestión, se
puede afirmar que no interfieren en absoluto
con la captación de ningún elemento, con la
posible excepción del hierro. En este último
caso, los diferentes estudios son
contradictorios. La ingestión de pectinas tiene
por el contrario varias ventajas claras. Se ha
comprobado que, en primer lugar, hacen que la
captación por el aparato digestivo de la glucosa
procedente de la dieta sea más lenta, con lo que
el ascenso de su concentración sanguínea es
menos acusado después de una comida. Esto es
claramente favorable para los diabéticos,
especialmente para aquellos que no son
dependientes de la insulina.
La ingestión de pectinas reduce por otra parte
la concentración de colesterol en la sangre,
especialmente del ligado a las lipoproteínas de
baja y muy baja densidad. Esta fracción del
colesterol es precisamente la que está
implicada en el desarrollo de la
arterioesclerosis, por lo que la ingestión de
pectinas puede actuar también como un factor
de prevención de esta enfermedad. El
mecanismo exacto de este fenómeno no se
conoce con precisión, pero parece estar ligado
a que las pectinas promueven una mayor
eliminación fecal de esteroles.
En resumen, puede concluirse que la ingestión
de pectinas a los niveles presentes en los
alimentos vegetales, o en los usados como
aditivos, no solamente no es perjudicial para la
salud sino que incluso es beneficioso.
Las pectinas, especialmente las presentes en el
pomelo, han sido objeto de diversas campañas