proporcionan ya texturas sólidas. En España
está autorizado su uso en derivados lácteos,
conservas vegetales, para dar cuerpo a sopas y
salsas, en la cerveza, como cobertura de
derivados cárnicos y de pescados enlatados,
etc. Estabiliza la suspensión de pulpa de frutas
en las bebidas derivadas de ellas. Se utiliza a
veces mezclado con otros gelificantes,
especialmente con la goma de algarroba (E-
410).
La seguridad para la salud del consumidor en
la utilización de los carragenanos como
aditivos alimentarios ha sido cuestionada desde
hace bastantes años. Cantidades muy altas de
esta substancia son capaces de inducir la
aparición de úlceras intestinales en el cobaya.
Sin embargo este hecho es privativo de este
animal, y las úlceras no se producen ni en otros
animales ni en el hombre. Más serio parece ser
el efecto de lo que se conoce como
carragenano degradado, producido al romperse
las cadenas de carragenano normal, del que se
demostró en 1978 que a dosis relativamente
altas es capaz de producir alteraciones en el
intestino de la rata que pueden llegar hasta el
cancer colorrectal. Además, parte de los
fragmentos pueden absorberse, pasando a la
circulación y siendo captados y destruídos por
los macrófagos, uno de los tipós de células
especializadas del sistema inmune. Esta
captación puede estar relacionada con ciertos
trastornos inmunológicos observados también
en animales, así como en el mecanismo de
afectación intestinal. El carragenano degradado
no se encuentra presente en proporciones
significativas en el carragenano usado en la
industria, ya que al no ser capaz de formar
geles no tiene utilidad. Su eventual presencia
puede detectarse midiendo la viscosidad del
que se va a utilizar como materia prima en la
industria . Estas medidas, con niveles mínimos
que debe superar el producto destinado a uso
alimentario, son requisitos legales en muchos
paises, incluídos los de la CE.