sillas de oficina cubra en lo posible todos los ámbitos, desde la silla
para la terminal de ordenador hasta la silla de dirección, compartiendo
elementos en el diseño que dan la imagen global, sin restringir cierto
margen de libertad para la diferenciación.
- Diseño según el principio de funcionalidad, sin elementos ni adornos
superfluos; sin una calidad basada en apariencias estéticas o
emocionales.
6. Adaptable a la actividad.
La silla del directivo debe adaptarse a su actividad, como la del
empleado a su tarea. Si el jefe necesita en su silla símbolos que
diferencien su nivel, éstos no deben deformar la postura que debe
tener el usuario de una silla correcta. Es decir, se aconseja que
prevalezcan los criterios de ergonomía.
En definitiva, calidad excepcional, tZcnica, ergonom'a y estZtica.
Resumiendo podemos definir las nuevas tendencias como: una
mayor importancia de la estética del entorno, una mayor conciencia
respecto a la salud, así como un mayor desarrollo de la técnica en el
puesto de trabajo, que exigen al mobiliario de oficina más estética y
movimiento, es decir, una mayor flexibilidad en la construcción del
mobiliario y una adaptación rápida y constante a los usuarios. Un
planteamiento que lideran las empresas punteras del sector, entre
ellas Ofita.
4.2 NORMA EUROPEA prEN 1335-1.
El Comité Europeo de Normalización (CEN) ha desarrollado un
borrador de norma europea que define qué se entiende por silla de
oficina, y especifica sus dimensiones y los mínimos funcionales
requeridos.
Según entiende esta norma, una silla de trabajo de oficina es: "un
mueble para sentarse una persona, con respaldo, con o sin apoyabra-
zos, cuya parte superior (la cual incluye el asiento) gira en el plano
horizontal y es regulable en altura".
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