- Los bordes delanteros no han de ser macizos, ya que dificultan la
circulación de la sangre en las piernas.
- Los asientos no han de ser excesivamente blandos, puesto que éstos
obligan a mantener una misma postura, lo que produce una opresión
en los músculos de las piernas (tapizado de un grosor aproximado
de 2 cm.).
- Tapizado transpirable, que no resbale ni dé calor. La superficie de
contacto con el cuerpo no ha de provocar sudoración.
- La superficie del asiento ha de tener una inclinación adecuada, que
evite mantener la espalda curvada y una excesiva presión unilateral
en los discos intervertebrales.
- La silla debería animar al usuario a sentarse sobre toda la superficie
del asiento, ya que al sentarse exclusivamente sobre la parte anterior
de la silla sobrecarga las piernas y la espalda con un esfuerzo
adicional.
- Los apoyabrazos deben cumplir su misión sin entorpecer la acción
de levantarse, sentarse o bien el movimiento durante el trabajo.
3. Posibilitar un estar sentado dinámico.
- No es saludable estar sentado durante mucho tiempo de forma
estática.
- La silla debe adaptarse a los movimientos del usuario, preferiblemente
sin tener que graduar palancas o teclas.
- La silla debería garantizar una postura de relax sin que para ello el
usuario tenga que activar ningún mecanismo, pues la presión sobre
los discos intervertebrales es más baja en posición relajada e inclinada
hacia atrás.
- El estar sentado en movimiento activo no ha producir efectos negativos
como el "sacacamisas" o el sudar.
4. Larga duración, gracias a una buena calidad de fabricación.
5. Posibilitar un concepto creativo individual.
- Se recomienda que las sillas de oficina se integren en la concepción
total del color. Contribuyen de forma esencial a la hora de crear la
imagen de una estancia (perfilar la identidad corporativa).
- Armonía en la concepción global. Es aconsejable que una línea de
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