De los efectos a largo plazo que se han observado en seres
humanos expuestos a determinados plaguicidas, quedan por considerar
los cánceres y otros graves efectos que ciertas investigaciones relacio-
nan con la exposición profesional a algunas de estas sustancias, como
ocurre, entre otros, con muchos organoclorados, la mayoría de los cua-
les fueron prohibidos para su uso agrícola en pulverización y espolvoreo
en 1975, y en gránulos en 1989, junto al arsénico y sus derivados.
La toxicidad crónica y, en general, los efectos a largo plazo
pueden convertirse en problemas importantes para la salud de los
trabajadores, al ser cada vez más frecuentes los contactos con pla-
guicidas y productos químicos en general. El tiempo al que se está
expuesto a ellos también va en aumento, y sus efectos pueden ir
acumulándose. Además, en algunos casos, como ocurre con los
organoclorados, se van depositando cantidades de sustancia, que
como suelen ser pequeñas, aparentemente no producen nada, pero
con el paso del tiempo podrían surgir problemas.
En los efectos a corto plazo los síntomas suelen aparecer
rápidamente, lo que facilita el conocimiento del problema y la identi-
ficación de la causa. Las molestias que se producen casi siempre
impiden que se siga trabajando, cesando así el contacto con el tóxi-
co. Se podría decir que pronto aparecen señales de alarma y, en
general, con el alejamiento de la exposición y un tratamiento ade-
cuado suele ser suficiente para el restablecimiento, aunque a veces
no sea completo.
Con los efectos a largo plazo no ocurre lo mismo y cuando
comienzan a manifestarse son ya casi imposibles de curar, así ocurre
con las lesiones crónicas del sistema nervioso, hígado y riñones. Todo
ello debe ayudar a desechar la idea tan extendida de que sólo son tóxi-
cas aquellas sustancias que son capaces de dañar rápidamente.
En cualquier caso, no todas las personas que están en con-
tacto con los plaguicidas han de sufrir necesariamente intoxicacio-
nes u otros graves daños para su salud, pero lo que es evidente es
que tienen más posibilidades de que eso llegue a suceder.
3. Intoxicaciones agudas.
Son, seguramente, el tipo de daño para la salud más fre-
cuente que sufren los trabajadores con plaguicidas. Según la
Organización Mundial de la Salud todos los años se producen en el
mundo alrededor de medio millón de intoxicaciones agudas provo-
cadas por plaguicidas, de las cuales cerca del 1% son mortales.