<<  <  >  >>
PESTICIDAS

mayor será su toxicidad. Esto es válido tanto para los preparados co-
merciales como para los ya disueltos o mezclados y listos para ser
aplicados. La dilución realizada con casi todos los plaguicidas antes
de aplicarlos es lo que hace que se reduzca enormemente el riesgo
para la salud del aplicador.
En el mercado se encuentran productos de concentraciones
muy diversas que podrían ir desde menos del 1% de sustancia activa
hasta más del 95% en otros casos. Las diluciones con agua, aceites y
otros disolventes, también varían mucho. Por tanto, debemos tener en
cuenta que las actividades de mayor riesgo son todas aquellas en las
que se está manipulando el producto sin diluir, conforme se ha com-
prado o mezclado, es decir, llenando la mochila o el tanque, haciendo
la mezcla, etc. En segundo lugar, que poner más producto del reco-
mendado, pensando que hará mas efecto, es un doble error: econó-
mico y toxicológico. A mayor concentración, más posibilidades de
efectos secundarios y mayor riesgo para la salud y el cultivo tratado.
· Propiedades físico-químicas del formulado: en general, el riesgo
frente a una sustancia aumenta o disminuye según la forma física en
que se presente, aunque sólo sea porque el tamaño de las partículas
condiciona las posibilidades de entrar en el organismo humano.
Así, a la misma concentración, un producto en polvo suele
ser más peligroso que en granulado; trabajado en caliente más que
en frío; en gas más que en líquido; en polvo más que en pasta; en
polvo fino más que en grueso, etcétera. El riesgo dependerá del
tamaño de las partículas, que está condicionado por la forma de pre-
sentación del preparado (sólido, líquido, gas, cápsulas...) y por la
forma de aplicación (espolvoreo, pulverización, fumigación...).
Otra cuestión relacionada con la forma de presentación de los
productos vendría dada porque en la práctica tenemos dificultades para
entender que un producto en forma de polvo o incluso de granulado, si
se manipula sin protección, puede penetrar por la piel y llegar a intoxi-
car. Al fin y al cabo para ejercer su acción, en muchos casos el produc-
to tendrá que ser absorbido a través de la piel del ser vivo contra el que
va dirigido; de forma parecida puede ocurrir con las personas.
Tiene asimismo una gran importancia:
a) La solubilidad en grasas. Los productos solubles en grasas (liposolu-
bles) se absorben mejor que los solubles en agua (hidrosolubles). Es-
te es uno de los efectos buscados cuando se asocian en algunos tra-
tamientos, por ejemplo, insecticidas o acaricidas con aceites minera-
les, asociación en la que el aceite mineral favorecería la penetración
del insecticida o acaricida.
118