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PESTICIDAS

nos, brucelosis, fiebres de los arrozales, tifus...), a los que predomi-
nan actualmente, que son factores de riesgo para la salud de tipo
mecánico (vibraciones, ruidos, accidentes con máquinas...) y de tipo
químico, derivados del uso de plaguicidas y fertilizantes.
Consecuencia de ello es que hasta hace unos años los trabaja-
dores del campo padecían con mayor frecuencia que otros profesionales:
·
Enfermedades respiratorias (resfriados, bronquitis...).
·
Enfermedades reumáticas, sobre todo artrosis de cadera, de colum-
na, de rodillas...Es típica la imagen de los agricultores de edad avan-
zada "encorvados" por el desgaste (artrosis) en la región lumbar de la
columna vertebral. Lesión producida fundamentalmente como conse-
cuencia de los esfuerzos y de la postura adoptada necesariamente
durante el trabajo, al labrar, cavar o segar.
·
Enfermedades infecciosas (paludismo, fiebre tifoidea, tétanos, fiebre
de los arrozales...) por el manejo de animales, estiércol...
·
Accidentes traumáticos, sobre todo heridas, contusiones y fracturas
producidas por animales y herramientas.
·
Lesiones de piel. A simple vista se puede comprobar el mayor enveje-
cimiento de la piel de los trabajadores a la intemperie comparándolos
con los demás. Igualmente, es conocido que los trabajadores ex-
puestos de forma continuada al sol padecen con mayor frecuencia
determinados tipos de cánceres de piel.
Actualmente, aunque muchos de estos problemas persisten,
cada vez son menos frecuentes, en cambio otros han ido aumentan-
do o han aparecido nuevos:
·
Han disminuido el número de accidentes, pero los que se producen
suelen ser más graves, con resultado de muerte o lesiones invalidan-
tes, sobre todo en miembros y columna vertebral, ocasionados con
las máquinas (vuelco de tractor, atropello...).
·
Intoxicaciones por productos químicos.
·
Enfermedades alérgicas.
·
Problemas psíquicos (depresiones...).
Por tanto, parece claro el cambio de los problemas de salud
derivados de la agricultura.
Sobre el medio ambiente, del que depende la calidad de los ali-
mentos que consumimos, las aguas que bebemos y el aire que respira-
mos todos los seres vivos, la agricultura tradicional producía contami-
nación casi exclusivamente biológica, debida a gérmenes contenidos en
los abonos y aguas de riego con excretas de animales y personas. Co-
mo consecuencia podrían producirse casos de hepatitis, fiebre tifoidea,
procesos diarreicos y otras enfermedades originadas a partir del consu-
mo de aguas que habían recibido filtraciones de estos materiales fecales,
o de verduras u otros alimentos de consumo crudo, regadas o abona-
das de ese mismo modo.
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