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Juan Carlos Asinsten -
Guía del docente-contenidista
Producción
de
contenidos
para
Educación
Virtual
posible de coordinar o autogestionar.
El método de trabajo. Evitar que el trabajo grupal se limite a
n
repartir la tarea para que cada uno haga sólo un poco, es im-
portante en la mayor parte de los casos. Hay algunas medidas
que el docente puede tomar para impulsar el real trabajo co-
laborativo. Por ejemplo, solicitar, además del trabajo grupal,
que cada alumno envíe un mensaje de correo electrónico con
una reflexión personal sobre el proceso.
Otra posibilidad es que los grupos trabajen en espacios virtua-
les especialmente armados para tal fin, con la supervisión del
docente. Los intercambios de trabajo se realizan en la modali-
dad de Foro (autogestionado por los estudiantes) y allí queda
registrada la participación de cada uno de ellos.
El docente puede intervenir, si resulta conve-
niente, para ayudar a reorientar la búsqueda
cuando el grupo pierde la brújula. Esta inter-
vención debería ser lo más acotada posible.
La formación de capacidades para el
teletrabajo es un resultado secundario (pero
importante) de este método, ya que al cola-
borar para aprender se aprende a colaborar, a
trabajar en grupo gestionando el proceso me-
diante herramientas informáticas.
Una modalidad especial de trabajo grupal es repartir
l
roles entre los participantes, como sucede en las ta-
reas laborales reales. Los roles se definen a partir de la
tarea y el tipo de estructura empresaria que la realiza
habitualmente.
El contenido de la actividad que se propone al grupo.
n
Debería ser intensamente motivadora, desafiante. Sin desa-
fío no hay interés, y sin interés no hay aprendizaje. Como ya
señalamos, la significatividad de una actividad está estrecha-
mente relacionada con el significado real que tiene la misma
para los estudiantes, en cuanto a sus objetivos generales de
aprendizaje, los roles que imaginan para su actividad profe-
sional futura, etc.
La dimensión de la tarea que se propone. Atendiendo al
n
punto anterior, deberá presentar un grado de dificultad acor-
de con el nivel de los estudiantes. Pero no convertirse en una
carga demasiado pesada, o imposible de cumplir en los pla-
zos previstos.
La complejidad del proyecto debería ser tal que ningún estu-
diante la pueda realizar por sí sólo, y todos deban compren-
der qué están haciendo los otros para poder participar.
El modo de evaluar el trabajo colectivo. Si no hay previstas
n
actividades o modalidades que verifiquen el tipo y grado de
participación de cada estudiante, la evaluación deberá ser,
necesariamente, igual para todos.