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Juan Carlos Asinsten -
Guía del docente-contenidista
Producción
de
contenidos
para
Educación
Virtual
Lo de «relación de semejanza» es un concepto que aparece en muchas
de las definiciones, siguiendo la línea de Morris, quien planteaba que
es icónico el signo que posee algunas de las propiedades del obje-
to representado
(citado por Umberto Eco)
Esta idea es demolida por Eco (1970) quien demuestra con variados argu-
mentos que
Los signos icónicos reproducen algunas condiciones de la per-
cepción del objeto, pero después de haberlos seleccionado según
códigos de reconocimiento y haberlos registrado según convenciones
gráficas.
Las imágenes, entonces, no se asemejan al objeto, sino a las condiciones
de percepción del objeto. Y su lectura está muy fuertemente condiciona-
da por el lenguaje verbal.
El carácter convencional de los signos icónicos es un elemento esencial
en la comprensión de la problemática de la comunicación visual. En el trabajo
citado, Eco analiza la percepción de un dibujo de un caballo, una silueta reali-
zada en línea continua, puntualizando que no tiene ninguno de los atributos
de un caballo, ni siquiera de la forma en que lo percibimos.
Cada uno ve lo que sabe
afirma Munari (1979), introduciendo el sistema de códigos en la
lectura de lo visual, la que, lejos de la inmediatez que se le atribuye,
requiere el manejo de esos códigos, como cualquier otro lenguaje.
Desde luego que el lenguaje visual pertenece al género de los no
estructurados, por lo que, por ejemplo, hablar de una gramática de la ima-
gen es sólo una metáfora. Ni existe tal gramática, ni el lenguaje visual es sus-
ceptible del grado de formalización del lenguaje verbal o escrito.
Tal vez uno de los motivos fundamentales por los que lo audiovi-
sual ha entrado con un mal pie en la escuela es su aparente transpa-
rencia, la sensación que provoca en el receptor, a menudo de manera
inadvertida, de que no es lenguaje y, en consecuencia, de que no ne-
cesita ser aprendido.
En apariencia lo audiovisual no supone una mediación entre la rea-
lidad y el receptor de los mensajes. Aparenta ser la propia realidad
misteriosamente presente. Lo audiovisual produce la sensación de que
no precisa codificación ni decodificación. De la imagen de una casa,
por ejemplo, decimos que es una casa, mientras que de la representa-
ción escrita de la misma realidad (casa) decimos que es una palabra.
Lo audiovisual tiende a escamotear su realidad de signo, para
presentarse fraudulentamente como la realidad a la que representa.
Ferrés Prats (1996)
Que los significados de las imágenes los aprendemos, o que apren-
demos a interpretar las señales visuales de cualquier tipo, es un tema que ha
sido desarrollado por numerosos autores. Eco, en el trabajo citado, se detie-
ne abundantemente en desarrollar la idea.