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Juan Carlos Asinsten -
Guía del docente-contenidista
Producción
de
contenidos
para
Educación
Virtual
A la vez, hay que tener en cuenta que una clase virtual no es (no
debe ser) la reiteración de los contenidos que ya han sido desa-
rrollados en la Unidad que se está trabajando. Cuando el autor de la
Unidad y el docente son la misma persona, es muy difícil que tenga algo
nuevo que decir...
ALGUNOS ASPECTOS QUE DEBERÍA CONTENER LA CLASE
VIRTUAL
Ofrecer un marco de significatividad. Indicar el sentido en el
n
Algunas de estas
marco de la carrera o de la materia, que tienen los contenidos
funciones se superponen.
que se trabajan en esa etapa.
Las diferenciamos para
una mejor comprensión.
Ofrecer un modelo de análisis. Esto puede realizarse con pre-
n
guntas que orienten a la búsqueda de información relevante.
Como señala Carlino en la obra ya citada «las preguntas son
categorías de análisis».
Llamar la atención sobre conceptos que pueden (deben) infe-
n
rirse del texto, y no están explicitados en el mismo. Hacerlo
de manera indirecta, de manera que el estudiante vaya apren-
diendo a realizar esta tarea con autonomía.
Abrir, desarrollar, explicar, ideas que estén demasiado con-
n
densadas en el texto. Aunque el material didáctico haya sido
escrito especialmente, esta función de la clase puede ser ne-
cesaria si se sobrestimó los conocimientos previos de los es-
tudiantes al escribir.
Ayudar a marcar el ritmo del estudio continuo.
n
Puede sugerir o indicar actividades de aprendizaje optativas
n
u obligatorias: cuadros comparativos, resúmenes, comenta-
rios, etc.
Puede incluir las consignas para el período de vigencia.
n
Se pueden incorporar ejemplos o lecturas (breves!) de actua-
n
lidad, tomadas de la prensa diaria, que ilustren el tema. Y que
lo vinculen a la realidad cotidiana.
¿Cada uno a su tiempo?
El concepto de clase choca con la idea difundida acerca que la educación
virtual permite que cada uno aprenda en los tiempos y en el orden que le
resulte más conveniente. La clase virtual marca un ritmo, aproximadamente
igual para todos.
En realidad eso de cada cual a su ritmo es, como mínimo, muy relativo.
La educación superior se organiza según un calendario académico, que en
plazos concretos y determinados obliga a trabajar una cantidad también con-
creta de contenidos. Regularmente hay pruebas o exámenes parciales, con
fecha fija. También, según la institución y/o el docente, entregas de trabajos
prácticos, ejercicios, monografías, etc. De manera que los estudiantes deben
cumplir obligatoriamente con los tiempos que marcan esas actividades. La