<<  <  >  >>
FORMADOR

53
Juan Carlos Asinsten -
Guía del docente-contenidista
Producción
de
contenidos
para
Educación
Virtual
universitarios, expresiones como
«aquí se viene a transpirar para aprender. No nos vengan con
psicologeadas ni con pedagogías; eso es para chicos y en la universi-
dad somos todos adultos».
También Jacky Beillerot (1996) coincide con el diagnóstico:
«los alumnos deben aprender y si no aprenden quiere decir que
son malos. Esto es muy claro y parece estar aceptado que la respon-
sabilidad del aprendizaje se reenvía a los alumnos. Y se entiende que
esta situación -una vez más, tradicional- es en definitiva muy
tranquilizadora».
También en la literatura sobre EaD es habitual encontrar referencias al «adulto
autónomo» autosuficiente. Por ejemplo, García Aretio (1994) escribe:
«El estudiante de los centros a distancia es, generalmente, un adul-
to y, por tanto, una persona autónoma con capacidad de elegir res-
ponsablemente previendo las consecuencias y posibles efectos de las
decisiones por las que haya optado».
Estas concepciones traen como consecuencia que se utilicen metodolo-
gías educativas que tienen en cuenta, casi exclusivamente, la automotivación
y autonomía adultas, su racional decisión de «transpirar para apren-
der», su capacidad intelectual completamente desarrollada, madu-
ra. Entonces se proponen textos «científicamente ciertos», con al-
gunos ejercicios de autocomprobación, y al finalizar el período es-
tablecido, se invita al estudiante adulto a presentarse a rendir. ¿ Pe-
dagogía? ¿Didáctica? ¿Intervención docente?... son «cosas para chi-
cos»...
No es necesario recurrir a ninguna investigación teórica para dar-
nos cuenta de que las cosas no son así, o por lo menos, no «tan así»...
Con respecto a la racionalidad de la conducta adulta, basta con mirar
un poco cómo funciona la sociedad y el mundo que nos rodea. Y sobre
la capacidad del aprendizaje autónomo (casi autodidacta), de ser cierta, no se-
rían necesarias instituciones de educación media o superior. Bastaría con editar
buenos libros y establecer centros de validación de aprendizajes (que se limiten
a tomar exámenes finales).
Coincidimos con Carretero (1998) cuando afirma:
«...se está suponiendo un sujeto racional y coherente en su funcio-
namiento, que se enfrenta con la realidad mediante las armas que le
proporciona un razonamiento más bien sofisticado. Como es bien sa-
bido, la investigación cognitiva ha mostrado que las habilidades de pen-
samiento formal, no sólo de los jóvenes [...] sino también de los adul-
tos son más restringidas que lo que habíamos supuesto» [...]
«En definitiva, la metáfora del hombre como científico, que es com-
partida por las teorías de Kelly y Piaget, así como por otras posiciones
actuales de la psicología cognitiva, debe ser tomada con precaución,
ya que los seres humanos no sólo no usamos con frecuencia muchos
de los procedimientos científicos, aún en su versión más simple, sino
que más bien tendemos a poner en marcha procedimientos bastante
subrayado
diferentes que tienen más que ver con el subsuelo de algunas
nuestro. JCA
pasiones que con la altura impecable de los formalismos».