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Juan Carlos Asinsten -
Guía del docente-contenidista
Producción
de
contenidos
para
Educación
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diferentes idiomas: aunque posean un «capital» de signos cuantitativamente
parecido, para nombrar las mismas cosas, fenómenos o sucesos, no podrán
comunicarse entre sí. Pero esto puede suceder también entre personas de la
misma comunidad idiomática. Veamos gráficamente algunos modelos.
Imaginemos en primer lugar dos personas de similares culturas, que utili-
zan y conocen aproximadamente la misma cantidad de signos (palabras). Po-
demos llamar campo léxico a la totalidad de signos de cada conjunto.
1
1) Campo léxico persona
A.
2) Campo léxico persona
B
1
2
Tendremos que siempre estas personas tendrán una parte muy importante
de su léxico en común y podrán compartirlo y comunicarse con él, mientras
cada uno conservará signos no compartidos, mediante los cuales no podrá
comunicarse con el otro. Estos signos no compartidos pueden ser, por ejem-
plo, palabras propias del ambiente laboral de cada uno (jergas de oficios), o
provenientes de espacios culturales diferentes de otros miembros de sus fa-
milias o personas allegadas, con quienes sí comparte esos signos para comu-
nicarse.
2
1) Campo léxico persona A
no compartido.
2) Campo léxico persona
3
2
1
B, no compartido.
3) Campo léxico
compartido.
Ahora bien. Puede suceder que esas dos personas, aunque pertenezcan a
la misma comunidad idiomática, pertenezcan a culturas diferentes. En ese caso,
el campo léxico que comparten será mucho menor, y las posibilidades de
comunicación disminuyen. Por ejemplo eso puede suceder entre personas de
diferentes países latinoamericanos.
3
1) Campo léxico persona A
no compartido.
2) Campo léxico persona
1
3
2
B, no compartido.
3) Campo léxico
compartido.