<<  <  >  >>
FORMADOR

34
Juan Carlos Asinsten -
Guía del docente-contenidista
Producción
de
contenidos
para
Educación
Virtual
LA COMPRENSIÓN
El proceso de decodificación (comprensión ) de un mensaje es también
muy complejo. Pero podemos esquematizarlo suponiendo que los conteni-
dos (sentidos) se guardan en la memoria de las personas en peque-
ños «cajas» cuyo rótulo sería el signo correspondiente. El sonido de
la palabra (signo), la lectura de la palabra o la percepción de un signo
visual convocan (llaman) al contenido, al abrir la «caja» que se corres-
ponde al signo percibido.
Esto es muy importante: los signos no transportan significa-
dos. Sólo sirven como señales que evocan los significados preexisten-
tes. Es decir: el receptor sólo puede comprender mensajes que se refieran a
contenidos que ya conoce.
¿Cómo podemos transmitir contenidos nuevos, entonces? Usando para su
descripción/explicación palabras ya conocidas por el receptor. Los nuevos
conceptos deben ser introducidos en el discurso didáctico a partir de concep-
tos ya conocidos. No por nada Ausubel (1997) afirma que
«si tuviera que reducir toda la psicología educativa a un solo princi-
pio, enunciaría éste: el factor más importante que influye en el apren-
dizaje es lo que el alumno ya sabe. Averigüese esto y enséñese
consecuentemente» (subrayado nuestro).
Esta es la idea más
importante que
necesitamos apropiarnos
para un manejo
intencional y eficaz de
nuestros actos
comunicativos: los
sentidos los construye
el receptor a partir de
su experiencia de vida.
Cada persona llena las «cajitas» con sentidos construídos a partir del uso
social de cada signo, pero matizados (esos sentidos) por su forma personal e
individaul de apropiación, por las vivencias asociadas, por el contexto cultural
(social, religiosos, filosófico) en que se construyeron. El proceso de decodifica-
ción pasa, entonces, por el filtro de la experiencia individual, que incluye no sólo
el «sentido de diccionario» de los signos, sino el matiz individual que cada per-
sona construye a partir de sus propias e intransferibles vivencias.
SISTEMAS DE SIGNOS
Cada persona utiliza (o conoce) una cantidad limitada de palabras para
comunicarse. Algunas más y otras menos, dependiendo de lo que en lenguaje
vulgar mencionamos como cultura. Al mismo tiempo, puede suceder que
dos personas que utilizan aproximadamente la misma cantidad de palabras,
usen palabras diferentes. El caso extremo es el de dos hablantes cultos de