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Estébanez Calderón, Serafín
(Málaga, 1799-Madrid, 1867) Escritor y político español. Estudió
leyes y humanidades en Granada, donde consiguió, a la edad de 20
años, la cátedra de griego. Posteriormente, tras regresar a Málaga,
enseñó retórica en el seminario, a la vez que se dedicó a la abogacía
y a escribir poesía. En 1824 tuvo que huir a Gibraltar a causa de sus
kN` x ` `M` ideas liberales. Volvió a Madrid en 1830, donde colaboró
en el «Correo Literario y Mercantil» firmando con el seudónimo «El
Solitario». En 1834, durante la guerra carlista, fue auditor general
del ejército del Norte. Más tarde fue elegido diputado en diversas
ocasiones, senador, consejero de Estado y finalmente, en 1847,
ministro de Guerra y Marina.
La actividad política no le impidió desarrollar sus aficiones artísticas
como pintor, ni le distrajo de cultivar la literatura y aprender árabe.
A Estébanez Calderón se debería la fundación del Museo de Pintura y
Arte y de la Biblioteca Provincial de Sevilla. En 1831 publicó un tomo
de «Poesías», en el que destacan por su gracia las anacreónticas.
Aquel mismo año aparecieron en la revista «Cartas Españolas»
algunos artículos costumbristas suyos, reunidos más tarde bajo el
título «Escenas andaluzas» (1847).
Sus escritos recogen cuadros de costumbres cercanos a la
cotidianidad, de tonos descriptivos y a la vez, en algunos casos,
próximos al cuento por la dinámica que imprime a sus narraciones
llenas de fantasía. Adoptó en su prosa giros y expresiones propios
del Siglo de Oro, y usó términos insólitos que confirieron a su
producción literaria un carácter exótico. A pesar de ser en ocasiones
un prosista difícil por los motivos mencionados, escribió divertidos
cuentos, como «Pulpete y bulbeja» y «El roque y el bronquis», así
como excelentes cuadros de costumbres: «Un baile en Triana» y «La
feria de Mairena». Sin embargo, sus novelas históricas, «Cristianos y
moriscos» (1838), «Sobre la invasión de Portugal en 1580» (1858) y
«Sobre la conquista y pérdida de Portugal» (1885), cayeron
tempranamente en el olvido.