Por último, señalar a este respecto que en el caso del mobiliario
de oficina no es el usuario quien decide la compra de los muebles que
utiliza. Por este motivo, a la hora de adquirir muebles el comprador
debería tener muy presente a los usuarios que van a emplear ese
producto. Del mismo modo, el fabricante debería plantearse en sus
diseños las necesidades del usuario y cómo contribuir a crear un
entorno laboral saludable.
Los seres humanos son más importantes que las máquinas. Como
es imposible cambiar nuestra anatomía para adaptarla a la de las
máquinas, haremos bien en diseñar mobiliario que se adapte a los
usuarios. Como norma general, hay que evitar los artículos que nos
induzcan a posturas inconvenientes. Por ejemplo, si tenemos que
acceder frecuentemente a un cajón, procuraremos que éste esté a
una altura tal que no nos provoque posturas patógenas.
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