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PESTICIDAS

La contaminación del suelo puede afectar a los microorga-
nismos que allí viven, como los que actúan en la degradación de las
sustancias orgánicas, con los consiguientes desequilibrios, o sobre
las bacterias nitrificantes, con la consiguiente reducción de fertilidad.
Puede ser particularmente importante en el caso de los herbicidas
aplicados al suelo, pues por su persistencia pueden tener una inci-
dencia negativa sobre el cultivo siguiente.
Los fenómenos de contaminación del medio pueden verse
agravados en los seres vivos a causa del posible fenómeno de acumu-
lación de los residuos al alimentarse unos de otros a través de las ca-
denas biológicas o alimentarias en las que los depredadores comienzan
con los organismos más pequeños y terminan en los animales grandes,
en los que pueden encontrarse cantidades importantes de plaguicidas.
Este fenómeno puede presentar especial gravedad en el caso de la con-
taminación de aguas por el incremento de concentraciones de plagui-
cidas partiendo del microplacton y pasando por crustáceos, peces y
aves hasta el extremo de la escala que suelen ser mamíferos. (Figura 1).
Como ejemplo clásico, curioso y alarmante de contaminación re-
mota suele citarse el caso del DDT encontrado en la grasa de los pingüi-
nos en las regiones polares muy alejadas de cualquier zona de tratamiento.
5. Protección de las abejas
Es indiscutible el efecto beneficioso que sobre la polinización
de las plantas ejercen numerosos insectos, especialmente las abejas,
tanto en cultivos frutales como hortícolas. Así, en Francia se estimó
que en 1982 la producción agraria se incrementó una media del 7%
por el efecto beneficioso de las abejas. En España, en experiencias
controladas sobre el cultivo del girasol, realizadas en 1976 y 1977, se
obtuvieron incrementos de producción del orden del 20% por efecto
de las abejas.
Una inadecuada práctica agrícola, en cuanto al uso continuo
e indiscriminado de los plaguicidas, nos puede conducir a una dis-
minución e incluso a la práctica anulación de los insectos poliniza-
dores, haciendo necesario que para mejorar la polinización se recu-
rra a la colocación de colmenas. Buena muestra de ello es que
existen ya zonas en donde los apicultores consiguen unos ingresos
tan importantes por el alquiler de sus colmenas para facilitar la poli-
nización, como por la miel que obtienen. (Figura 2.)
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