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PESTICIDAS

· No dar nunca a un trabajador intoxicado por plaguicidas leche, al-
cohol, café o purgantes oleosos (aceite de ricino, etcétera), ni otras
sustancias, pensando en neutralizar el tóxico. Si la intoxicación se ha
producido trabajando, el producto no está en el estomago, ha entra-
do por vía respiratoria y la piel.
· Acudir al médico o al servicio sanitario más próximo, llevando siem-
pre la etiqueta del producto o su envase. La información que ésta su-
ministra es esencial para el tratamiento.
2.2. Continuación del tratamiento médico
· En muchos casos de intoxicación por plaguicidas no se acude al mé-
dico con la etiqueta. Los síntomas que han aparecido no son especí-
ficos de intoxicación por una sustancia concreta; se estaba trabajan-
do con mezclas de productos diferentes, con períodos de latencia
distintos, no existe antídoto. En estas ocasiones sólo se puede reali-
zar un tratamiento sintomático que básicamente suele consistir en
mantener las funciones vitales y combatir los síntomas mas graves
con medicamentos.
De estos tratamientos, sin duda, los más conocidos son los
que se realizan en las intoxicaciones por plaguicidas organofosfora-
dos y carbamatos, en las que se utilizan:
· Atropina: El sulfato de atopina sirve para el tratamiento de las intoxi-
caciones causadas por plaguicidas pertenecientes a los grupos quí-
micos organofosforados y carbamatos, no para los demás.
No se trata de un verdadero antídoto, porque no neutraliza ni
bloquea a esos plaguicidas, se trata de un "antagonista", porque lo que
hace es anular la acción, produciendo efectos opuestos. Por tanto, hay
que ajustar la dosis a cada caso concreto, principalmente según tipo y
cantidad de plaguicida, peso de la persona, etc. y mantener esos niveles
de atropina el tiempo que dure la intoxicación. Se podría decir, aunque
no sea del todo exacto, que se trata una intoxicación con otra, y eso,
añadido a la dificultad de hacer un diagnóstico seguro, así como una do-
sificación y administración adecuadas, hace que no sea recomendable
su utilización nada más que en los centros sanitarios. Su administración,
sin las garantías suficientes, como puede ser en el lugar de trabajo entre
los propios compañeros, no debe hacerse, porque, como es fácil supo-
ner, las consecuencias pueden llegar a ser muy graves.
· Oximas: Se utilizan como reactivadores de colinesterasas en algunas
intoxicaciones de plaguicidas organofosforados, pero no en las de
carbamatos para las que están contraindicadas. Se utilizan después
de la atropina. Existen dificultades para conseguir estos medicamen-
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