· Evitar que personas no directamente implicadas en el trabajo estén
en los lugares donde se manipulan o aplican plaguicidas.
El uso de aparatos detectores ambientales es obligatorio
cuando se realicen fumigaciones bajo lonas, porque así lo establece
el artículo 10.3.5 de la Reglamentación Técnico - Sanitaria (Real
Decreto 3349/83), por si hay fugas de los plaguicidas utilizados.
Existen muchos tipos de aparatos detectores de productos
químicos, pero para facilitar su conocimiento, y atendiendo a su fun-
cionamiento, se pueden agrupar de la siguiente forma:
· Detectores de llama: basados en una llama que está en contacto con
un hilo de cobre, y que cambia de color con algunos productos que
pueden existir en el aire. Es un sistema barato, pero de dudosa efica-
cia y, por tanto, poco recomendable.
· Detectores electrónicos: aparatos dotados de un avisador acústico
intermitente que en presencia de alguna sustancia extraña en el aire,
aumenta la frecuencia e intensidad del sonido que emite, a medida
que se incrementa la concentración de sustancia en el aire. Son los
más fáciles de usar, pero tienen el inconveniente de su inespecifici-
dad, al no indicar qué contaminante está ocasionando el sonido.
· Detectores colorimétricos: los más sencillos son aparatos dotados de
un sistema de aspiración de aire que al atravesar un tubo transparen-
te que contiene una sustancia química, ésta cambia de color si el aire
lleva el contaminante. Son de lectura directa porque el tubo transpa-
rente lleva una escala pintada con la que se ve el nivel alcanzado por
el cambio de color, midiendo así la concentración del contaminante.
Son los más indicados por su fiabilidad, aunque tienen el
inconveniente de que es necesario saber previamente cual es el con-
taminante, porque para cada tipo el tubo colorimétrico es diferente.
Existen, además, otros aparatos colorimétricos que permiten
medir las concentraciones de contaminantes durante periodos más
largos de tiempo, información muy importante sobre todo cuando el
trabajo con plaguicidas es continuado.
Después de las aplicaciones con plaguicidas (Figura 3)
· Higiene personal adecuada, para no prolongar más de lo necesario el
contacto con los productos.
Es conveniente ducharse y cambiarse de ropa al acabar el tra-
bajo, allí mismo (llevar ropa limpia y agua si fuera necesario) y si eso
no fuera posible, al menos hay que lavarse las manos, la cara y el resto
de la piel que haya estado mas expuesta durante el tratamiento.