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KAZAN, ELIA
Elia Kazanjoglus (llamado Elia Kazan) nació en Constantinopla en el
año 1909. Su familia emigró a los Estados Unidos, como tantas
familias griegas cuando era aún muy niño. Estudió arte dramático en
la Universidad de Yale e inició su carrera de actor en el Group
Theater de Nueva York (1933-1939). A partir de 1939 comienza su
carrera de director teatral, llena de éxitos, con obras de los mejores
autores norteamericanos del momento. Sus montajes de las obras de
Arthur Miller y de Tennessee Williams, que luego llevaría al cine con
igual maestría, representan otros tantos hitos en la historia teatral,
no sólo de los Estados Unidos sino de todo el mundo. Después de la
guerra, Elia Kazan se convirtió en uno de los directores más
cotizados del mundo.
Sin embargo, si bien sus éxitos como director teatral son difícilmente
igualables, aun con mayores títulos pasará a la historia del cine. Ha
dirigido películas (la mayor parte de las cuales con guión propio) tan
importantes como Lazos humanos (1945), El justiciero (1946), Mar
de hierba (1947) y La barrera invisible (1947), todas ellas, en esta su
primera época de director cinematográfico, con un estilo vigoroso y
de crudo realismo.
En 1947 fue uno de los fundadores del Actor's Studio, especie de
universidad de donde han salido los mejores actores
cinematográficos del cine norteamericano actual. Así mismo, a partir
de esa fecha se suceden una serie de títulos de películas de su
producción que suponen otras tantas obras maestras que ningún
aficionado al cine puede ignorar: Pánico en las calles (1950), Un
tranvía llamado deseo (1951), Viva Zapata (1952), La ley del silencio
(1954), Al este del Edén (1955), Baby Doll (1956), Un rostro en la
multitud (1957), Río Salvaje (1960), Esplendor en la hierba (1961),
América, América (1962)
Se le criticó mucho su actuación durante la época de la llamada
«caza de brujas», excitada por el fanático senador MacArthy contra
los comunistas y contra todos aquellos que repudiaban los métodos
abiertamente dictatoriales del senador y su equipo de «cazadores».
Algunas de sus víctimas fueron a la cámara de gas, otros murieron
en las cárceles y otros muchos se exiliaron, entre ellos Charly Chaplin
y Joseph Losey. El mundo del cine se conmovió y todos señalaron a
Elia Kazan como un delator de sus compañeros directores, actores,
escritores. Sea como fuere, nadie puede negarle -ni lo ha hecho
nunca- su extraordinaria carrera de director cinematográfico y
teatral. También este hombre proteico escribe: ha publicado multitud
de guiones y novelas, reportajes y cuentos. El lector observará en
todos sus escritos hasta qué punto Elia Kazan «piensa en cine», sus
ideas siempre se expresan en imágenes, sus relatos están contados
con la más estricta técnica visual, cinematográfica. No cuenta una
historia, proyecta imágenes. De ahí el brutal realismo de algunas de
sus páginas, que escritas por él, parecen chorrear sangre.