(Vidanes, León, 1703-Bolonia, 1781) Escritor español. A los dieciséis

años ingresó en el convento de los jesuitas de Villagarcía de Campos,

trasladándose posteriormente a Salamanca para estudiar teología.

Fue profesor de teología y de filosofía en Segovia, Santiago de

Compostela y Pamplona. En 1746 publicó «Triunfo del amor y de la

lealtad, o Día grande de Navarra», sátira astuta de las fiestas

celebradas en Pamplona a raíz del advenimiento de Fernando VI, y

obra que le procuró graves contratiempos. También se dedicó a la

predicación, acusando enérgicamente en sus sermones a los

predicadores que desde el púlpito practicaban un vago conceptismo.

En oposición a éstos escribió, bajo el seudónimo de Francisco Lobón

de Salazar, la «Historia del famoso predicador fray Gerundio de

Campazas, alias Zotes» (c. 1758), parodia de base novelesca en la

que alterna la burla y la sátira con consejos retóricos. La novela

provocó entre los destinatarios de su sátira una reacción tan violenta

que, en 1760, indujo a la Inquisición a retirar el primer tomo de la

obra y a prohibir que se hablara de ella. Encontrándose en Galicia,

cuando debía marchar hacia el destierro tras el decreto de la

Compañía de Jesús de 1767, se vio atacado por una grave dolencia;

a pesar de ello, junto con otros tres sacerdotes, rechazó la gracia

que concedió Carlos III en una orden de excepción. Desterrado,

marchó a Córcega y luego a Bolonia. La curia, interpretando

erróneamente sus escritos en defensa de la Compañía, decretó

contra él un nuevo destierro en 1773. Finalmente regresó a Bolonia,

donde fue bien acogido por los condes Tedeschi, quienes le dieron

hospitalidad en su casa.

Defendió con brillantez la cultura española y tradujo, con el título de

«Aventuras de Gil Blas de Santillana» (1787-1788), la «Historia de

Gil Blas de Santillana» de Lesage. Támbien sostuvo el origen español

de la novela. Entre sus obras se cuentan «Las Cartas familiares»

(1785-1790), que recogen la correspondencia que mantuvo con su

hermana María Francisca, y los «Sermones», que aparecerían

póstumamente, en el año 1792.