Finalizada la guerra civil española, Gerardo Diego continuó

alternando la labor pedagógica con la actividad literaria. Predominan

en esta época los temas tradicionalistas y amorosos, como en

«Alondra de verdad» (1941) y «Amor solo» (1962), sin descuidar,

por ello, el gusto por la experimentación de épocas anteriores, como

en «Poesía de creación» (1974). Fue miembro de la Real Academia

Española desde 1947, y en 1979 obtuvo, junto con el escritor

argentino Jorge Luis Borges, el premio Miguel de Cervantes,

reconocimiento a la labor de una vida marcada por una insaciable

curiosidad por todos los campos de la cultura.

Del resto de su producción cabe destacar «Primera antología»

(1941), «La luna en el desierto» (1948), «Paisaje con figuras»

(1956), «La suerte o la muerte» (1963), «Odas morales» (1966),

«Vuelta del peregrino» (1967), la antología «Poesía de la creación»,

que reúne los títulos más representativos de sus distintas etapas, y

las selecciones «Poemas mayores» y «Poemas menores», ambas de