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Cellini, Benvenuto
(Florencia, 1500-íd., 1571) Orfebre, escultor y escritor italiano. De
carácter rebelde y pendenciero, Cellini tuvo que abandonar Florencia
para instalarse en Roma, donde trabajó entre los años 1523 y 1540
para la corte del papa ClemsÎX é Y ÛÍX ente VII. A la muerte de
éste, su sucesor, Pablo III, ordenó su reclusión en el castillo de
Sant'Angelo a causa de su participación en una riña callejera. Tras
huir de forma novelesca, como bien relata en su autobiografía, pasó
a Francia y permaneció en la corte de Francisco I hasta 1545, año en
que tuvo que escapar precipitadamente al ser acusado de haberse
quedado con parte de la plata que se le había entregado para
realizar sus trabajos por encargo. De nuevo en Florencia, fue
recibido con afecto por el duque Cosme I de Médicis, quien le
encargaría varios trabajos y le colmaría de atenciones. De este
período datan dos de sus obras maestras: su famoso salero de oro y
esmalte (1540), conservado en el Kunsthistorisches Museum de
Viena, y el bajorrelieve en bronce conocido como la «Ninfa de
Fontainebleau», un relieve de grandes dimensiones en el que se
acusa al máximo el alargamiento de las formas. En 1549 realizó para
Cosme I su famoso «Perseo» en bronce. También de estos años
florentinos datan sus «Memorias», relato autobiográfico que, además
de ser una de las mejores novelas de aventuras del siglo XVI,
constituye uno de los más reveladores testimonios del mundo
artístico florentino del Cinquecento.
Delicado orfebre y magnífico escultor, entre sus esculturas en
mármol destaca el magnífico «Crucifijo» (1555-1562), pensado para
la tumba de Francisco I de Médicis pero que éste regaló a Felipe II y
que hoy se conserva en El Escorial, así como el «Narciso» y el
conjunto de «Apolo y Jacinto», ambas obras en el Bargello
florentino.