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Si la silla no tiene regulación de la profundidad del asiento, debe
diseñarse para que sirva al 90% de la población. Es decir, con una
profundidad de 40 a 44 cm.
Si la profundidad es excesiva los usuarios de baja estatura no
usarán el respaldo lumbar (o zona lumbar del respaldo) por evitar la
presión en la parte de la pierna que está situada detrás de las rodillas
(en las corvas).
Por otra parte, el asiento no tiene que tener un relieve acusado,
siendo preferible una superficie casi plana y el borde delantero
redondeado.
Un buen respaldo es fundamental.
El apoyo es imprescindible en la zona lumbar. Resulta conveniente
tener un respaldo que llegue hasta la parte media de la espalda. No
debe ser demasiado ancho en su parte superior para que no reste
movilidad a los brazos.
El respaldo debe ser convexo en el plano vertical y cóncavo en las
secciones horizontales. Al menos debe cubrir la zona lumbar, aunque
son recomendables respaldos más altos en las sillas de dirección.
En su parte más baja debe dejar hueco suficiente para las nalgas
y permitir un fuerte apoyo de la zona lumbar. Por otra parte, el respaldo
puede ser algo más blando que el asiento.
En una silla sin respaldo la postura del asiento provoca los siguientes
efectos: la pelvis se inclina hacia atrás, la columna vertebral se curva
y sus músculos deben sostener todo el peso de la misma.
Dimensiones del respaldo:
- Anchura del respaldo lumbar: > 35 cm.
- Anchura de la parte superior del respaldo: < 30 cm.
- Altura del borde superior del respaldo: > 45 cm.
La silla debe ser estable.
Las personas que trabajan en una oficina suelen moverse bastante
cuando están sentadas, inclinando el cuerpo para acceder a cajones,
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