El producto que llega al hombre por esta vía, puede comenzar ab-
sorbiéndose ya en la boca, pasando lo que quede de él, junto con la sali-
va al resto del aparato digestivo para continuar su penetración, siendo ha-
bitualmente el estómago y el intestino las zonas de máxima absorción.
En general, la vía digestiva es la de menor importancia durante el
trabajo, debido fundamentalmente a que es la vía mejor conocida, al ser
la de la alimentación. Estas mismas características, en cambio, la con-
vierten en la vía más importante por la que los plaguicidas pueden llegar
a toda la población, a través de los residuos en aguas y alimentos.
Por eso, se podría decir que la mayoría de las intoxicaciones
agudas por plaguicidas ocurridas a trabajadores por vía digestiva
suelen ser voluntarias, porque trabajando, la entrada de producto
por esta vía no suele ser en cantidad suficiente para causar enfer-
medad, además de que tienen olores y sabores que no son fáciles de
confundir, para un adulto, con la bebida o la comida.
1.2. La vía cutánea
La piel, que actúa como una barrera que aísla al cuerpo
humano y lo protege del exterior, no se comporta así frente a muchos
plaguicidas, que al entrar en contacto con ella la atraviesan, pudien-
do dañar la salud. Así ocurre en gran parte de las intoxicaciones
sufridas por trabajadores que utilizan estos productos. (Figura 2).
Muchos productos para actuar como plaguicidas deben
tener la propiedad de penetrar en los seres vivos como las bacterias,
los insectos o las plantas para ejercer su acción, es decir, de atrave-
sar barreras similares a la piel humana.
Algunos plaguicidas alteran la piel, pero con otros el lugar
por donde penetran presenta un aspecto normal y esto hace que,
a veces, no se sepa que esa entrada está ocurriendo. Los poros,
que sólo representan el 0,1 % de la superficie cutánea y por los que
no penetran bien las sustancias químicas, tampoco son importan-
tes para la entrada de plaguicidas, productos que se introducen
mejor por el resto de la piel.
Ciertas propiedades de algunas de estas sustancias, princi-
palmente las que se encuentran en soluciones grasas, les facilitan
aún mas el paso a través de la piel. Es lo que ocurre con los insecti-
cidas de contacto, que por ser liposolubles, propiedad que les faci-
lita su paso a través de la quitina de los insectos, atraviesan de forma
parecida las capas más superficiales de la piel humana.