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PESTICIDAS

Con este modelo de análisis del ambiente de trabajo
podemos entender la situación de empresas que tienen la
misma actividad pero su resultado es diferente, tanto en lo refe-
rente a la salud de sus trabajadores como al impacto ambiental
que producen. La función del prevencionista es conocer detalla-
damente todos estos elementos y sus factores de riesgo para
proponer soluciones que eviten que se transformen en pérdidas
de salud.
Actualmente, la situación general del proceso de trabajo es
preocupante por varios motivos:
· Las materias primas utilizadas son muy numerosas, su combinación
y condiciones de uso en el trabajo son muy diversas; además, se
renuevan continuamente, a veces sin conocer todos sus efectos
sobre la salud, sobre todo en su uso a largo plazo.
· Se han introducido nuevas tecnologías en los ambientes de traba-
jo (informática, mecanización...) que aumentan la producción y
disminuyen el esfuerzo humano, pero también provocan nuevos
riesgos para la salud.
· El acortamiento de las jornadas laborales se ha compensado con
nuevas técnicas de organización (turnos, trabajo nocturno, produc-
ción en cadena, segundo empleo en agricultura...) que pueden
resultar perjudiciales para la salud de los trabajadores.
Los efectos de estas nuevas condiciones no han dejado de
presentarse. Las tradicionales enfermedades profesionales ceden
su puesto a la presencia de dolencias de evolución lenta y de difícil
diagnóstico en cuanto a sus causas (alteraciones nerviosas, diges-
tivas, cardiovasculares, respiratorias o reumáticas). Destaca el au-
mento de los cánceres y las alergias profesionales. Todo ello, con-
viviendo con enfermedades tan antiguas como la sordera profesio-
nal, y sin lograr controlar esa grave lacra social que son los acci-
dentes de trabajo.
En este panorama, las soluciones sólo pueden venir de un
planteamiento global cuyos ejes pueden ser:
·
Potenciar la investigación de los efectos de las condiciones de tra-
bajo en la salud laboral y ambiental.
·
Actualizar las normas reguladoras de las condiciones de trabajo y,
sobre todo, evaluar su grado de cumplimiento y utilidad.
·
Desarrollar programas de vigilancia sanitaria dentro y fuera
del trabajo.
·
Facilitar el acceso a la información y formación a los trabajadores
sobre los riesgos y su protección, sin cuya participación activa la
prevención es, simplemente, imposible.
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