Agentes abióticos
No sólo los agentes bióticos producen alteraciones en las
plantas, sino que en muchos casos las alteraciones son causadas
por el medio ambiente donde éstas se desarrollan. El agricultor debe
distinguir las causas de las alteraciones, para establecer los modos
de lucha adecuados. En el caso de problemas relacionados con el
clima o el suelo su control se basa en cambios en la forma de culti-
var (labores), o en mejoras estructurales (drenaje); en otros casos, la
solución es cara o no la tiene (heladas, granizos, etcétera).
Sin llegar a profundizar en los factores del medio, sí que es
conveniente describir cuáles son las principales causas, con el fin de
tenerlas presentes a la hora de diagnosticar alteraciones.
Se agrupan en:
· Efectos meteorológicos: alteraciones provocadas por heladas, llu-
vias, granizos, vientos..., así como por la falta de horas frío en el re-
poso invernal. En algunos casos se pueden evitar, en otros las solu-
ciones son poco rentables.
· Condiciones físicas del suelo: previamente al cultivo se deben co-
nocer y determinar. Por ejemplo los encharcamientos, sequías, terre-
nos con malas estructuras....
· Condiciones químicas: excesos y carencias nutricionales de los cul-
tivos cuyos síntomas son más o menos claros y que en la mayoría de
los casos responden a causas muy concretas y solucionables.
· Efectos tóxicos: debido a tratamientos, abonados..., y que se deben
de diagnosticar para evitar tomar decisiones precipitadas de trata-
miento o de arranques de plantas.
· Factores culturales: cualquier práctica cultural, si se realiza de forma
inadecuada, puede provocar alteraciones negativas en el desarrollo
de las plantas.
Como conclusión hay que insistir en que las alteraciones que
se producen en las plantas cultivadas no son siempre debidas a fac-
tores biológicos, sino que las condiciones ambientales son también
muy importantes en nuestras condiciones de cultivo, donde el clima
y el suelo tienen mucha importancia en el desarrollo de los cultivos..
Por tanto, es fundamental realizar un buen diagnóstico para determi-
nar si es necesario recurrir a un tratamiento químico, o bien, a otro
medio de protección ya que no siempre los tratamientos tienen que
ser químicos. Hay que tener bien claro el diagnóstico de la alteración
y actuar en el momento y con los medios más idóneos.