Los daños se producen al succionar el jugo de las células, a
las que previamente han perforado. Como consecuencia de las pica-
duras hay una destrucción de tejidos y el funcionamiento de la plan-
ta se altera, con producción de paradas en el crecimiento, deforma-
ciones, oscurecimientos o pardeados, clorosis, excrecencias o
agallas, que con ataques graves pueden producir depresiones vege-
tativas y/o caídas de hoja.
1.3. Nematodos
Los nematodos son gusanos pequeñísimos que abundan en
donde hay agua, tierra y materia orgánica en descomposición, y den-
tro de ellos están los fitófagos, que se alimentan de las plantas cul-
tivadas. (Figura 10).
1.3.1. Morfología
Los nematodos fitófagos son gusanos filiformes, cuyo tama-
ño oscila entre 1 y 3 mm, el cuerpo es como dos tubos, uno externo
que le sirve de protección, y otro interno que es el aparato digestivo.
En el aparato digestivo se distingue la boca (con un estilete acciona-
do por músculos que sirven para perforar las células de los vegeta-
les, y es el que determina si el nematodo es dañino para las plantas),
el esófago y el intestino. Al final del aparato digestivo se encuentran
los órganos genitales y excretores (Figura 10).
1.3.2. Biología
La reproducción es sexual, aunque en algunos casos puede
ser partenogenética (sin fecundación), o hermafrodita (los dos sexos
en el mismo individuo).
Las larvas, muy diminutas, suelen vivir sus primeras fases en
el interior de la planta afectada. La larva se diferencia del adulto por
su tamaño y su poder de reproducción; si las condiciones son des-
favorables, la larva puede paralizar su desarrollo y enquistarse hasta
que encuentre condiciones ambientales adecuadas. Esto les permi-
te mantenerse en los suelos durante largo tiempo si no encuentran
condiciones ambientales adecuadas o plantas a parasitar.
El nematodo fitófago se alimenta succionando la savia del
vegetal, previa perforación de la epidermis con el estilete, y en muchos
casos inyectando saliva que contiene sustancias tóxicas para las plan-
tas, a las que deforman (agallas, Meloidogyne en frutales. Figura 11) y
necrosan las partes atacadas (Tylenchulus en cítricos).