interrogación y exclamación (signos de). Los signos de interrogación (¿?) y de exclamación (¡!) son signos de puntuación que sirven para representar gráficamente la entonación interrogativa y exclamativa, respectivamente, de un enunciado. Son signos dobles, ya que existe un signo de apertura y otro de cierre, que deben colocarse de forma obligatoria al comienzo y al final del enunciado correspondiente. No obstante, hay usos específicos en nuestra lengua en los que solo se utilizan los signos de cierre (® 4a y d).
1.
Signos de interrogación.
Encierran enunciados interrogativos sintácticamente independientes, que poseen
una entonación característica, compuesta por una o más líneas oblicuas
ascendentes o descendentes. Se utilizan en los casos siguientes:
a)
En enunciados interrogativos, tanto parciales —aquellos en los que la pregunta
incide solo sobre una parte del enunciado y están introducidos por pronombres o
adverbios interrogativos— como totales —aquellos en los que la pregunta incide
sobre todo el enunciado y admiten simplemente un sí o no como respuesta—: ¿Cuándo
llega tu madre?; ¿Vendrás a cenar a casa esta noche?
A veces, el enunciado interrogativo parcial está solo compuesto del
pronombre o adverbio interrogativo, precedido o no de preposición: ¿Cómo?;
¿Quién?; ¿Qué?; ¿Cuándo?; ¿Por dónde?; ¿Con quién?; ¿Por qué?
b)
En las llamadas interrogaciones retóricas, esto es, en enunciados
interrogativos que no son verdaderas preguntas a las que se espera que responda
el interlocutor, sino que constituyen un modo de expresar indirectamente una
afirmación (¿Acaso
nos resignaremos simplemente porque hemos fracasado la primera vez?),
una exhortación (¿Por qué no te callas?), etc. A veces tienen intención
irónica (¿Se
han creído ustedes que soy tonto?) o intimidatoria (¿Es que
quieres que se lo diga a tu padre y te castigue?).
2.
Signos de exclamación.
Encierran enunciados exclamativos, caracterizados por su mayor énfasis acentual
y por una entonación que puede ser ascendente, descendente o circunfleja
(ascendente-descendente). Se usan en los casos siguientes:
a)
En enunciados exclamativos propiamente dichos: ¡Eso es una maravilla! ¡Qué magnífica
organización!
b)
En interjecciones, que son aquellas voces que se utilizan para expresar
sentimientos o estados anímicos (¡ay!, ¡bah!, ¡oh!, ¡uf!), para estimular o
incitar a la acción al interlocutor (¡ea!, ¡aúpa!), para imitar ruidos de la
realidad (¡zas!,
¡pumba!, ¡plaf!) o como fórmulas de saludo, despedida o cortesía (¡hola!,
¡adiós!, ¡enhorabuena!).
c)
En expresiones interjectivas, también llamadas interjecciones impropias, que
son aquellas palabras o grupos de palabras que, no siendo normalmente
interjecciones, pueden funcionar como tales en determinados contextos y con la
entonación exclamativa correspondiente: ¡hombre!, ¡anda!, ¡cuidado!, ¡vaya por Dios!, ¡claro!
3.
Indicaciones sobre el uso correcto
de ambos signos. Para la correcta utilización y escritura de
estos signos han de tenerse en cuenta las consideraciones siguientes:
a) Los
signos de apertura (¿ ¡) son característicos del español y, por tanto, es
incorrecto suprimirlos por imitación de otras lenguas en las que únicamente se
coloca el signo final: *Qué hora es? *Qué alegría verte! Lo
correcto es ¿Qué
hora es? ¡Qué alegría verte!
b)
Los signos de interrogación y de exclamación se escriben sin espacio de
separación respecto de la primera y la última palabra del período que enmarcan,
y con un espacio de separación respecto de las palabras que los preceden o los
siguen. Sin embargo, cuando lo que sigue al signo de cierre es otro signo de
puntuación, este se escribe sin espacio de separación: Vamos a ver... ¡Caramba!, ¿son ya las
tres?; se me ha hecho tardísimo.
c)
Tras los signos de cierre puede colocarse cualquier signo de puntuación, salvo
el punto. Lógicamente, cuando la interrogación o exclamación terminan un
enunciado y sus signos de cierre equivalen a un punto, la oración siguiente ha
de comenzar con mayúscula (® mayúsculas, 3.1.4.1): No he conseguido el trabajo. ¡Qué le vamos a hacer!
Otra vez será.
d)
Los signos de apertura (¿ ¡) se han de colocar justo donde empieza la pregunta
o la exclamación, aunque no se corresponda con el inicio del enunciado. En
estos casos, la interrogación o la exclamación se inician con minúscula (® mayúsculas, 3.1.4.2b):
Por
lo demás, ¿qué aspecto tenía tu hermano?
Si
encuentras trabajo, ¡qué celebración vamos a hacer!
e)
Los vocativos y las construcciones u oraciones dependientes, cuando ocupan el
primer lugar del enunciado, se escriben fuera de la pregunta o de la
exclamación. Sin embargo, si están colocados al final, se consideran dentro de
ellas:
Raquel,
¿sabes ya cuándo vendrás? / ¿Sabes ya cuándo vendrás, Raquel?
En
aquel tiempo, ¿dónde vivías? / ¿Dónde vivías en aquel tiempo?
Aunque
te enfades, ¡no pienso cambiar de opinión! / ¡No pienso cambiar de opinión,
aunque te enfades!
f)
Cuando se escriben seguidas varias preguntas o exclamaciones breves, se pueden
considerar como oraciones independientes, o bien como partes de un único
enunciado. En el primer caso, cada interrogación o exclamación se iniciará con
mayúscula:
¿Quién
era? ¿De dónde salió? ¿Te dijo qué quería?
¡Cállate!
¡No quiero volver a verte! ¡Márchate!
En el segundo caso, las diversas preguntas o exclamaciones se
separarán por coma o por punto y coma, y solo se iniciará con mayúscula la
primera de ellas:
Me
abordó en la calle y me preguntó: ¿Cómo te llamas?, ¿en qué trabajas?, ¿cuándo
naciste?
¡Qué
enfadado estaba!;¡cómo sudaba!; ¡qué voces daba!
Hay ocasiones en que la exclamación está compuesta por elementos breves
que se duplican o se triplican. En ese caso, los signos de exclamación
encierran a todos los elementos: ¡Ja, ja, ja! (si abre enunciado) o ¡ja, ja, ja!
(si va inserto dentro de un enunciado mayor).
4.
Otros usos de los signos de
interrogación y de exclamación.
a) Los
signos de cierre de interrogación (?) y de exclamación (!) escritos entre
paréntesis se utilizan para expresar duda o sorpresa, respectivamente, no
exentas, en la mayoría de los casos, de ironía: Tendría gracia (?) que llegara tarde el
primer día; Ha terminado la carrera con treinta años y está tan orgulloso (!).
b)
Cuando el sentido de una oración es interrogativo y exclamativo a la vez,
pueden combinarse los signos de interrogación y de exclamación. Existen dos
posibilidades: abrir con el signo de exclamación y cerrar con el de
interrogación, o viceversa: ¡Cómo te has atrevido? / ¿Cómo te has atrevido!;
o abrir y cerrar con los dos signos a la vez: ¿¡Qué estás diciendo!? / ¡¿Qué estás
diciendo?! Se recomienda esta última opción.
c)
En obras literarias es posible escribir dos o tres signos de exclamación para
indicar mayor énfasis en la entonación exclamativa: ¡¡¡Traidor!!! No conviene
abusar de este empleo, ni trasladarlo a otro tipo de escritos.
d)
Es frecuente el uso de los signos de interrogación en la indicación de fechas
dudosas, especialmente en obras de carácter enciclopédico, al informar del año
de nacimiento y muerte de las personas. Se recomienda colocar ambos signos, el de apertura y el de
cierre: Hernández,
Gregorio (¿1576?-1636), aunque también es posible escribir
únicamente el de cierre: Hernández, Gregorio (1576?-1636).