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El pulmón del granjero es un ejemplo clásico de enfermedad
alérgica debida a
la inhalación de polvos orgánicos que afectan sobre todo a los alveolos.
Las causas principales de la enfermedad son las esporas de ciertos hongos actinomicetos termófilos.
Estos organismos se encuentran en el heno, florecen y producen gran número de esporas cuando la temperatura del heno mojado se eleva a 40-60ºC y aparecen mohos y bacterias.
Esta lesión puede ser descrita como una "alveolitis alérgica extrínseca", lo mismo que otras enfermedades similares como: bagazosis, pulmón del recolector de setas, pulmón del labrador de queso, pulmón de los trabajadores/as de la malta, la sequoiosis (árbol sequoia), pulmón del carpintero (serrín mohoso), pulmón del avicultor (polvo de excrementos de ave), enfermedad pulmonar por el gorgojo del trigo, pulmón del abridor de pimienta (trabajadores/as de especias), suberosis (polvo de corcho), etc.
El ataque clásico sobreviene a las 5-6 horas de exposición al polvo, en contraste con la rápida aparición de asma en las personas atópicas (alérgicas) sensibles a estos polvos.
Los síntomas son: fiebre, malestar, escalofríos, dolores, tos con algo de esputo, y hemoptisis ocasionales (sangre por la boca).
La disnea (fatiga) con frecuencia es muy severa, y estos síntomas se acompañan de pérdida de peso.
Los ataques agudos pueden desaparecer en un día, pero los más severos pueden durar semanas o meses.
En la radiografía se observan sombras micronodulares que ofrecen al pulmón un aspecto de "vidrio deslustrado".
En caso de enfermedad crónica aparece una grave fibrosis de pulmón, como un "panal de miel".
Las pruebas de función pulmonar (espirometría) evidencian un defecto restrictivo de la función pulmonar.
Se realizará mediante:
Diagnóstico diferencial: no deben confundirse con otros casos de bronquitis, aspergilosis pulmonar, sarcoidosis, tuberculosis miliar... y sobre todo es de gran ayuda un análisis del historial profesional del /la paciente en cuanto a la exposición de un alérgeno del tipo de los citados en el ambiente laboral.
PREVENCIÓN
En algunos casos ha sido efectivo un tratamiento con corticosteroides que evita la aparición de síntomas, pero en otras ocasiones se plantea la necesidad de cambiar de puesto a la persona.