CERAMICA

Cerámica, vasijas y otros objetos hechos de arcilla endurecida por cocimiento en horno. La naturaleza y el tipo de la cerámica están
determinados por la composición de la arcilla, el método de su preparación, la temperatura a la que se ha cocido y los barnices
que se han utilizado. Se distingue de la porcelana por ser porosa y opaca. Como se cuece a temperatura más baja que ésta no llega a
vitrificar. El término alfarería se suele emplear para designar a la cerámica primitiva o de carácter popular, generalmente de uso
doméstico.
La loza es una cerámica porosa cocida por lo general a la
temperatura más baja del horno (900-1.200 ºC). En función de la
clase de arcilla utilizada, al cocerse adquiere color amarillo, rojo,
pardo o negro. Es preciso barnizarla para hacerla resistente al
agua. Casi toda la cerámica pintada de la antigüedad y del
medievo, tanto la de Oriente Próximo como la europea, es de tipo
loza, como la mayoría de las vajillas de uso doméstico actuales.
El gres, resistente al agua y mucho más duradero, se consigue
cociendo la arcilla a una temperatura de 1.200-1.280 ºC. Adquiere
así un color blanco, amarillo, gris o rojo y se barniza sólo por
motivos estéticos. La cerámica cocida a unos 1.200 ºC a veces
recibe el nombre de cerámica de media cocción; su tratamiento
como loza o gres varía de una arcilla a otra. El gres, que los chinos elaboraban ya en la antigüedad, no se conoció en Europa
hasta después del renacimiento.

La decoración de los objetos puede efectuarse antes o después de su cocción. Cuando la arcilla está seca a medias y un poco
endurecida (consistencia de cuero) pueden incrustarse trocitos de arcilla o pueden hacerse incisiones, estampaciones o líneas y otros
motivos, o bien puede tallarse o perforarse. Las paredes de cada objeto pueden adquirir un acabado uniforme puliéndolos de modo
que las impurezas no sobresalgan y las partículas de arcilla se alineen para que la superficie también quede brillante y suave.
Algunas arcillas se pueden pulir tras la cocción. Puede utilizarse también barbotina (arcilla líquida libre de impurezas). Una vez
seco del todo o a medias, el recipiente puede sumergirse en una barbotina de consistencia cremosa (a la que a veces se añade
color) o puede aplicarse ésta con un pincel o verterla por encima con ayuda de un recipiente o una jeringuilla. También se puede
decorar con algún utensilio con punta, rascando la barbotina y dejando al descubierto la capa interior.

La cerámica de finales de la edad del bronce (1500-1050 a.C.) y principios de la edad del hierro (1050-750 a.C.) procedente de las
islas del Mediterráneo y el Egeo, especialmente de Creta y Chipre, denota una gran imaginación por parte de los artistas, que
pintaron en las piezas con dos colores, diseños geométricos, abstractos y figurativos. En algunos casos las formas eran muy
imaginativas y sin función aparente y en otros se trata de vasijas muy delicadas destinadas a ungüentos y cosméticos.

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