asterisco. Signo ortográfico auxiliar en forma de estrella (*), que se coloca en la parte superior del renglón. Se emplea en los casos siguientes:

1. Como signo de llamada de nota al margen o a pie de página dentro de un texto. En este caso, si hay más de una llamada en una misma página, se pueden ir añadiendo asteriscos a las llamadas sucesivas (los asteriscos pueden escribirse también encerrados entre paréntesis, aunque hoy es raro):

 

Beethoven* compuso una única ópera, titulada Fidelio**.

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* Bonn, 1770-Viena, 1827.

** Estrenada en Viena en 1805, durante la ocupación francesa de la ciudad.

 

Dado el efecto antiestético que puede producir en una página la acumulación de asteriscos, cuando haya necesidad de hacer varias llamadas (normalmente, más de tres), lo más recomendable es utilizar números arábigos con este fin.

2. En obras lingüísticas de carácter normativo, cuya finalidad es describir el uso correcto del idioma, se antepone el asterisco a las palabras, expresiones o construcciones consideradas incorrectas: *geráneo (forma correcta: geranio), *a grosso modo (forma correcta: grosso modo), *pienso de que vendrá (forma correcta: pienso que vendrá).

3. En obras lingüísticas de carácter descriptivo, se utiliza para indicar que una determinada construcción es «agramatical», es decir, que incumple alguna regla del sistema de la lengua: *Sus estos ojos; *Quiero que yo vaya a París.

4. En lingüística histórica, antepuesto a una palabra, indica que se trata de un vocablo hipotético, no documentado en ningún texto, pero cuya existencia en algún momento del idioma se supone y es fruto de una reconstrucción: *bava, *appariculare.