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Amiel, Henri-Frédéric
Ginebra, 1821-íd., 1881) Escritor y profesor suizo. Hijo de un
matrimonio protestante que murió joven, al término de sus estudios
elementales y medios viajó por Italia y por el sur de Francia 1842-
1843). Completó su educación en Heidelberg donde aprendió
alemán, y más tarde estudió en la Universidad de Berlín 1844-1848),
entonces en su mejor época, recibiendo lecciones de filosofía y
estética de Schelling y su escuela. De regreso a Suiza obtuvo una
cátedra de estética y literatura en su ciudad natal en 1849,
«casándose con Ginebra», como dice gráficamente Thibaudet, y
ejerciendo desde entonces la docencia hasta 1880, sólo interrumpida
por sus viajes a las principales ciudades europeas. La vida de Amiel
fue monótona y gris, rutinaria. Rodeado de mujeres, amigas o
discípulas, que después de su muerte serían las principales
divulgadoras de su obra, mantuvo a lo largo de su existencia un
prolongado y tenso estado de introspección. Salvo pequeñas
colaboraciones en periódicos y trabajos escolares de escasa difusión,
su obra fue publicada póstumamente.
Aparte de algunas poesías y trabajos de crítica compilados y editados
por B. Bouvier en 1932, su fama, acrecentad a hace algunos años por
los estudios psicoanalíticos, se debe a los «Fragmentos de un diario
íntimo», escrito, regular y minuciosamente, desde 1847 hasta doce
días antes de su muerte. La editora Fanny Mercier lo publicó en
1883-1884, con un agudo y brillante ensayo de E. Schérer, pero
incompleto. Una nueva edición de Bouvier (1929) reveló la intimidad
problemática del escritor.
La tragedia de Amiel fue una anormalidad sexual producida por una
«timidez por supervaloración» que condicionó toda su vida y sobre la
que nos dejó lúcidas reflexiones. Es posible que se forjase un ideal
femenino, sobre todo moral, inspirado en las heroínas de la ficción
novelesca, siempre por encima de las mujeres que le deparó la vida.
Murió en Ginebra el 11 de mayo de 1881, de una enfermedad
pulmonar.