E 385
Etilenodiamino tetracetato cálcico disódico (EDTA)
Estas substancias, que no existen en la naturaleza, son los
más potentes entre los secuestrantes de metales utilizados en los alimentos.
Además, tienen como ventaja el que carecen de sabor, al contrario que los otros.
Son pues útiles en alimentos en los que se exige un aditivo con sabor neutro y que no sea
ácido.
Está autorizado su uso en conservas vegetales, en conservas de pescado, en crustáceos
frescos y congelados y en cefalópodos troceados y congelados.
El aditivo absorbido se elimina en la orina sin metabolizar.
Aunque se le ha acusado a veces de tener efectos cancerígenos, no existe absolutamente
ninguna prueba en este sentido.
La ingestión diaria admisible se estima en 2,5 mg por Kg de peso corporal.